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que fué de Neri,

otras muchas cosas tambien, |robabel, que fué de Salatiel, anunciaba el evangelio al pueblo.

19 Entónces Heródes el tetrarca, siendo reprendido por él á causa de Herodías, muger de Felipe su hermano, y de todas las maldades que habia hecho Heródes,

20 Añadió tambien esto sobre todo, que encerró á Juan en la cárcel.

28 Que fué de Melqui, que fué de Addi, que fué de Cosam, que fué de Elmodam, que fué de Er,

29 Que fué de Jose, que fué de Eliezer, que fué de Jorim, que fué de Mattat, que fué dé Leví,

30 Que fué de Simeon, que fué de Judá, que fué de José, que fué de Jonan, que fué dé

21 Y aconteció, que como todo el pueblo fué bautiza-Eliacim, do, y Jesus tambien fuese bautizado, y orase, el cielo se abrió,

22 Y descendió el Espíritu Santo en forma corporal, como paloma, sobre él, y vino una voz del cielo que decia: Tú eres mi Hijo amado, en tí es mi placer.

23 ¶ Y el mismo Jesus comenzaba a ser como de treinta años, siendo (como se creia,) hijo de José, que fué hijo de Helí,

24 Que fué de Mattat, que fué de Leví, que fué de Melqui, que fué de Janne, que fué de José,

25 Que fué de Mattatías, que fué de Amos, que fué de Naum, que fué de Esli, que fué de Nagge,

26 Que fué de Maat, que fué de Mattatías, que fué de Semeí, que fué de José, que fué de Judá,

31 Qué fué de Melea, que fué de Menan, que fué de Mattata, que fue de Natan, que fué de David,

32 Que fué de Jessé, que fué de Obed, que fué de Booz, que fué de Salmon, que fué de Naason,

33 Que fué de Aminadab, que fué de Aram, que fué dé Esrom, que fué de Fares, que fué de Judá,

34 Que fué de Jacob, que fué de Isaac, que fué de Abraham, que fué de Tara, que fué de Nacor,

35 Que fué de Saruc, que fué de Ragau, que fué de Faleg, que fué de Jeber, que fué de Sala,

36 Que fué de Cainan, que fué de Arfajad, que fué de Sem, que fue de Noé, que fué de Lamec,

37 Que fué de Matusalen, que fué de Jenoc, que fué 27 Que fué de Joanna, que de Jared, que fué de Malafué de Resa, que fué de Zo-leel, que fué de Cainan,

38 Que fué de Henos, que | dijo: Quítate de delante de fué de Set, que fué de Adam, mi, Satanas; porque escrito que fué de Dios.

CAPITULO IV.

Es tentado el Señor y vence al tentador. 2. Viene a predicar comenzan do desde Nazaret, lugar de su habitacion, donde los de la ciudad en pago

de su doctrina le quieren despeñar. 3. Predica en Capernaum, donde sa

na á un endemoniado en la sinagoga. 4. Despues, á la suegra de Pedro, y á otros muchos enfermos.

está: Al Señor Dios tuyo ado-
rarás, y á él solo servirás.
9 Y le llevó á Jerusalem, y le
puso sobre las almenas del
templo, y le dijo: Si eres Hi-
jo de Dios, échate de aquí
abajo.

10 Porque escrito está: Que á sus ángeles te encomen

Y JESUS, lleno del Espí dará, para que te guarden;

ritu Santo, volvió del Jordan, y fue llevado por el Espíritu al desierto,

2 Por cuarenta dias, y era tentado del diablo. Y no comió cosa alguna en aquellos dias: los cuales pasados, despues tuvo hambre.

3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí á esta piedra que se haga pan. 4 Y Jesus respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios.

5 Y le llevó el diablo á un alto monte, y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un momento de tiempo.

6 Y le dijo el diablo: A tí te daré esta potestad toda, y la gloria de ellos; porque á mí es entregada, y á quien quiero la doy.

7 Tú, pues, si adorares delante de mi, serán todos tuyos.

8 Y respondiendo Jesus, le

11 Y que en sus manos te llevarán, porque nunca hieras tu pié en piedra.

12 Y respondiendo Jesus, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

13 Y acabada toda la tentacion, el diablo se separó de él por algun tiempo.

14 Y Jesus volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de al derredor.

15 Y él enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos.

16 Y vino á Nazaret, donde habia sido criado, y entró, conforme á su costumbre, el dia del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer.

17 Y le fué dado el libro del profeta Isaías; y como desarrolló el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

18 El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido; para dar buenas nuevas á los pobres me ha enviado; para sanar á los que

brantados de corazon; para | feta Eliseo; mas ninguno de ellos fué limpio, sino Naaman el Siro.

publicar á los cautivos redencion, y á los ciegos vista; para poner en libertad á los oprimidos;

19 Para predicar el año agradable del Señor.

28 Entónces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas.

29 Y levantándose, le echa

llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.

30 Mas él, pasando por medio de ellos, se fué.

20 Y arrollando el libro, co-ron fuera de la ciudad, y le mo le dió al ministro, se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga se clavaron en él. 21 Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta escritura en vuestros oidos. 22 Y todos le daban testimonio, y estaban maravilla-naum, ciudad de Galilea, y dos de las palabras de gracia allí los enseñaba en los sábaque salian de su boca, y de- dos. cian: ¿No es este el hijo de José ?

23 Y les dijo: Sin duda me direis este refran : Médico, cúrate á tí mismo: de tantas cosas que hemos oido haber sido hechas en Capernaum, haz tambien aquí en tu tierra. 24 Y dijo: De cierto os digo, que ningun profeta es acepto en su tierra.

31 Y descendió á Caper

32 Y estaban fuera de sí de su doctrina; porque su palabra era con potestad.

33 Y estaba en la sinagoga un hombre que tenia un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz,

34 Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesus Nazareno? 25 En verdad os digo, que¿Has venido á destruirnos ? muchas viudas habia en Is-Yo te conozco quién eres, eres el Santo de Dios.

rael en los dias de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo grande hambre en toda la tierra:

26 Mas á ninguna de ellas fué enviado Elías, sino á Sarepta de Sidon, á una muger viuda.

27 Y muchos leprosos habia en Israel en tiempo del pro

35 Y Jesus le riñó, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él; y no le hizo daño alguno.

36 Y cayó espanto sobre todos, y hablaban unos á otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y po

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der manda á los espíritus inmundos, y salen ?

37 Y la fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la co

marca.

38 Y levantándose Jesus de la sinagoga, se entró en casa de Simon; y la suegra de Simon estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella.

39 Y volviéndose hacia ella,

riñó á la fiebre, y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les sirvió.

40 Y poniéndose el sol, todos los que tenian enfermos de diversas enfermedades, los traian á él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

41 Y salian tambien demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios; mas él riñéndoles no los dejaba hablar, porque sabian que él era el Cristo.

42 Y siendo ya de dia salió, y se fué á un lugar de

CAPITULO V.

Predica desde una nave & la multitud en tierra, 2. La vocacion de Pedro, y de los hijos de Zebedeo. 3. Sana a un leproso. 4. Sana a un paralitico delante de los Fariseos, con que les convence que tiene tambien autoridad para perdonar pecados. 5. La vocacion de Mateo, y su conversacion con los publicanos y pecadores contra el ingenio y aprobacion de los Fariseos, á los cuales da la razon de ello. 6. Asimismo les declara por que sus discípulos no ayunen por entonces, 7. Tambien, por qué los Fariseos y doctores de la ley no fuesen admitidos à su evangelio, &c.

que es

Ytando él junto al lago ACONTECIÓ,

de Genesaret, la multitud se derribaba sobre él por oir la palabra de Dios.

2 Y vió dos naves que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.

3 Y entrado en una de estas naves, la cual era de Simon, le rogó que la desviase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la nave al pueblo.

4¶Y como cesó de hablar, dijo á Simon: Entra en alta sierto; y las gentes le busca-mar, y echad vuestras redes ban, y vinieron hasta él; y le para pescar. detenian para que no se apartase de ellos.

43 Y él les dijo: Tambien á otras ciudades es menester que yo anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado.

44 Y predicaba en las sinagogas de Galilea.

5 Y respondiendo Simon, le dijo: Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; mas en tu palabra echaré la red.

6 Y habiéndolo hecho, encerraron tan gran multitud de peces, que su red se rompia. 7 E hicieron señas á los com

pañeros que estaban en la andaba tanto más; y se junotra nave, que viniesen á taban grandes multitudes á ayudarles; y vinieron, y lle-oir, y ser sanados por él de naron ambas naves de tal sus enfermedades.

manera que se anegaban. 8 Lo cual viendo Simon Pedro, se derribó á las rodillas de Jesus, diciendo: Sálte de conmigo, Señor, porque soy hombre pecador.

9 Porque temor le habia ro- | deado, y á todos los que estaban con él, á causa de la presa de los peces que habian tomado:

16 Mas él se apartaba á los desiertos, y oraba.

17 Yaconteció un dia, que él estaba enseñando, y Fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habian venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea, y de Jerusalem; y la virtud del Señor estaba allí para sa

narlos.

10 Y asimismo á Santiago 18 Y, he aquí, unos homy á Juan, hijos de Zebedeo,bres, que traian en una cama que eran compañeros de Si- un hombre que estaba paramon. Y Jesus dijo á Simon: lítico; y buscaban por donde No temas desde ahora to- meterle, y ponerle delante de marás hombres. él.

11 Y como llegaron á tierra las naves, dejándolo todo, le siguieron.

12 Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí, un hombre lleno de lepra, el cual viendo á Jesus, postrándose sobre el rostro le rogó, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.

13 Entónces extendiendo la mano le tocó, diciendo: Quiero: sé limpio. Y luego la lepra se fué de él.

19 Y no hallando por donde meterle á causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con la cama en medio, delante de Jesus.

20 El cual, viendo la fé de ellos, le dice: Hombre, tus pecados te son perdonados.

21 Entónces los escribas y los Fariseos comenzaron á pensar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?

14 Y él le mandó que no lo dijese á nadie: Mas vé (le 22 Jesus entónces, conodice,) muéstrate al sacerdote, ciendo los pensamientos de y ofrece por tu limpieza, co- ellos, respondiendo les dijo: mo mandó Moises, por testi-¿Qué pensais en vuestros comonio á ellos.

15 Empero el hablar de él

razones ?

23¿Cuál es más fácil; decir:

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